Pensé que todo se estaba yendo al Infierno.

-Estaba conduciendo en en esta jungla de asfalto llamada elegantemente Cd. de México (su verdadero nombre quiza sea Sodoma o Gomorra.. o una evolución de ambas)
-Hacía tanto calor que mi asiento comenzaba a pedir esquina (igual que mi trasero declarándose derrotado en esa batalla privada).
-Llevaba mucha prisa e iba con casi media hora de restraso.

Los semáforos estaban en mi contra.-
A mi alrededor veía muchos rostros desdibujados, desencajados y sin luz. -
Algunos otros eran rostros coléricos y posesos.-
Mis piernas comenzaban a flaquear, ya no sentían lo duro, sino lo tupido... -
Comencé a temer por el retraso,
por la desesperanza.-
Pensé que "los últimos tiempos" habían llegado.-
Creí que todo se estaba yendo al Infierno-

justo entonces vi La Luz y supe en ese instante que no estaba solo;

El heróico cuerpo policiaco estaba ahí, con su nuevo servicio de confesiones sobre ruedas. Fomentando las buenas costumbres, la moral y la tolerancia bajo el auspicio de La Fe. Ojala hubiera para todo tipo de Fe.

El alma me regreso al cuerpo... (aún así llegue tarde, no se me quito el temblor de las piernas, ni se secó el asiento)